POETA VIRTUAL IV
Oalá se detuviera
un momento el universo
cuando mis manos traviesas
se meneen por tu cuerpo.
Y si nadie las detiene,
serán barquitos de vela,
navegando por tu vientre
dibujando mil estelas.
Muy despacio se navega
con la luz de las estrellas.
Con tu cuerpo iza velas,
qué fácil mis manos vuelan.
Ora abajo y ora arriba,
coge ritmo la marea.
Manos barcos a deriva,
no saben dónde se quedan,
aunque si tú las aprietas
muy abajo y muy arriba,
sabes bien dónde son buenas
Me gusta cómo se mueven
cadenciosas tus caderas
con el vaivén espontáneo,
qué muy fácil me enajena.
Por favor mueve tu barco
sin un poquito de pena.
Puede ser que en el ocaso
un día pierdas las velas.
Hazlo segura y no temas,
que no hay riesgo si navegas.
Pierde la noción, no pienses,
que el barco así se menea.
Tú navegas donde quieras,
tarde, noche o de mañana.
Hay tormenta muy ruidosa
cuando sueltas las amarras.
Deja ya que sople el viento
por afuera y por adentro.
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