La niña de siempre



Yo pensé encontrarla,
sin que me esperara,
buscando quimeras
en la noche clara. 

Le pedí muy poco, 
poco o casi nada, 
que oyera mis versos
en la madrugada. 

Yo pensé encontrarla
ávida de sueños, 
donde no existieran
torcidos empeños. 


Con la cara al sol
sin son de guitarras, 
oyendo que piden
agua las chicharras. 


Volver a tener
sus ojos de niña
que siempre admiraron
con Dios la campiña . 

Donde oyó las chorchas
 entre los palmares,
 cortando mil  flores, 
oliendo azahares. 

En sueños pequeños
siempre la busqué
Y tuve la dicha
de que la encontré. 

Y despues se fue.

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