A l terminar la jornada Yo regreso a mi m orada, Con un costal de pesares Y un talego de esperanzas. ¡Una carga de avatares Con aguas bravas y mansas! Entre las tupidas matas, a unos pasos de la entrada Locuelos siempre me esperan los “Chontes”de la quebrada. Me gustan cuando remedan Al gato de la vecina, de la casa de la esquina que tiene grande el portón. Ése Mish con su “minina” no ocultan su admiración por el pájaro que trina con un “miau” de imitación. Yo me visto de cantor O quizá de remedero De un verso reguetonero para el “gato volador” Con el vaivén de la hamaca Se me cura la resaca. Ahora estoy como nuevo Y emocionado me llevo El trino motivador De ese gato volador. Y é Dc Mora
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