La mentada Siguanaba
Aparecía en el pueblo,
cuando la noche quedaba
A merced de los luceros
Y de la luna plateada.
Cuando el silencio rompían
muchos perros asustados.
Empezando en la lomita,
sus ladridos destemplados.
sin saber a qué temían.
Por las calles de las Joyas
ululaban í
Y cantaban las auroras.
A las doce de la noche.
Era el preludio a esa hora
de escuchar las carcajadas,
cuando en la Vieja picona,
con el diablo se bañaba
La mentada Siguanaba
Según cuentan los mayores
no caminaba, levitaba,
mientras despacio buscaba
al trasnochador de amores.
Según Don Ernesto Pinto
así encontró a Lalo Espino.
¿Cómo o era la Siguanaba?
Hay distintas opiniones.
Pero los que la miraban
se meaban en sus calzones.
Se le pintaba por diabla.
siempre con las uñas largas
y los ojos muy saltones.
El pelo largo y trenzado,
pálida como difunta,
dedos largos de las manos
y de las piernas enjutas.
Envuelta en un manto blanco.
de la cabeza a los pies.
Con solo verla una vez
agua de brazas tomaban
por más de cuatro semanas,
aquellos que la miraban.
Y si esto no era remedio
Los “sacaban de evangelio”
¿Donde estás mujer del agua?
mítica gana varones.
Quédate en los callejones,
yo te presto una morada
perpetua en las tradiciones,
¡Aunque ya no ganes nada!
Porque aquel que enamoraba
fue de edición limitada. DcMora de
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