Niña de montaña

Estoy hechizado 
 por una princesa 
 con su piel morena, 
 que tiene el color 
 y el brillo de arena 
 que adornan los ríos
 que surcan mi tierra 
 desde la montaña 
 a las tierras bajas. 
 ¡Estoy hechizado! 
Por los ojos chicos
 que guardan luceros
 que robó a la noche
 las luces del cielo 
 y echó en su matate
 tejido con sueños
y el sol de montaña,
por los cafetales
 de las tierras altas.
 Estoy hechizado
 por cuerpo de diosa
 forjado en veredas 
 que dan a las vegas
 sembradas de mangos 
 y de limoneros.
 Quiero acariciarla
y aunque sea un momento
 dormirme en su seno.
Y despertar mañana
 sin más que recuerdos.
 Siempre compañeros 
 en mis días feos
Y volverlos bellos. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

En la proa de la barca

La niña de siempre