El Perro NEGRO de la Loma

Hace años muchos años, 
en tiempos de Tata Lapo
una pareja bajó
de una escondida montaña,
donde poco brilla el sol,
por la bruma espesa y mansa
que deja escapar la mañana.

La cálida Guastatoya, 
les dio cobijo en un Rancho
en una pintoresca loma, 
llena de magia y encanto. 


Eran fuertes y eran  bellos,
con fulgor en la mirada
guardando sirmpre  destellos
de una raza ya olvidada.


Juntos desde el altar, 
felices en su cabaña. 
quieren sus sueños forjar
ente magueyes y palmas. 
Los dos van a  trabajar 
cuando llega la mañana. 
Cuando la tarde se apaga
duermen con las estrellas
 Y grillos bajo las piedras.
Con el cuidado  del perro, 
aquel noble que el abuelo
les heredó hace tiempo, 
más negro que el mismo cielo
de aquellas noches nubladas
con estrellas clausuradas, 
por una luna simplona. 
El perro negro en la loma,
siempre cuida por la entrada, 
de aquella vieja cabaña. 

No hay un mundo feliz, 
al que no le aceche el Mal. 
bajaron para vivir
y buscar felicidad.
En aquella bella loma
al poniente en Guastatoya. 

Si ella subía de tarde, 
dibujaba en "Talpetate" 
aquel bien pulido talle
mientras los bichos callaban
para poder contemplarla
o quizás para soñarla. 

Su belleza despertó
al demonio que surgió
con  su versión más eterna. 
Un hombre se enamoró
de aquella bella morena,
A sabiendas que era ajena.
Si el  amor es obseción
No hay respeto y causa penas. 

Y la morena guardaba
lágrimas  en la garganta.
Sin queja no perturbaba
a su amor de la montaña. 

Él, hombre ya muy maduro
Acendado de los criollos, 
de los que forjan su mundo
cómo  gavilán con pollos. 

Y el perro negro cuidaba
como nadie la cabaña.

Con el pasar de los días, 
el "Don" más se empecinaba. 
Ella no correspondía 
y  "el muy necio" la  acosaba. 
Y la morena callaba.

En una noche sin luna, 
agotado regresaba. 
Cuando escuchó en la penumbra
Gritos de alguien que ultrajaban. 
El viejo, fiera al acecho
 forcejeaba con su amada. 
Tomó su *corvo" afilado
para ensartarlo en el pecho, 
de aquel hombre endemoniado
que mancillaba en su lecho
 su princesa idolatrada. 
Se avalanzó con arrojó, 
con el odio entre los ojos
y la furia entre las manos. 
Y se oyeron  tres disparos, 
¡Un cuerpo cayó sin vida! 
a los pies de su morena. 
Con el alma compungida
ella no podía creer
en la dolorosa escena
que trajo el anochecer. 
Mientras el viejo reía
y guardaba en su cintura
con un gesto de locura
el arma que quitó vida, 
por  su pasión enfermiza. 
Ella abrazó de rodillas
a su amor de la montaña. 
Le dijo  -En este día
NO solo tu vida  acaba, 
también se acaba la mía. 
Y ensartó en su joven  pecho
el "corvo" que sobre el lecho
su doble filo mostraba.
El aún logro abrazar
Al amor de su montaña. 

EL PERRO ECHABA FUEGO
como animal  del averno. 
Sus ladridos eran dagas 
que salían de muy dentro,
cómo balas disparadas,
impulsando al Perro negro
sobre el escuálido viejo, 
que luego empezó a correr
para salir del encierro. 
Por aquel camino estrecho
del  precipicio hacia el río. 
Sacó su vieja pistola
y en el final de la Loma, 
hicieron eco  tres tiros. 
Y aquel feroz  animal
se desplomó mal herido. 
El Viejo no  lo eperaba
más el perro se irguió
y lo tomó por el  cuello
omo estropajo con cieno. 
Así rodaron los dos
en el mortal precipicio. 
El bello y Bravo animal
Y el viejo del homicidio. 

La noticia al otro dia,
se regaba en todo el pueblo. 
que en el  Barrio la Lomita
aparecieron tres cuerpos. 

En un Rancho alejado 
los esposos  abrazados, 
Y a su lado un perro negro
El regalo del abuelo. 
MUERTO también por disparos. 
Se salió del precipicio
a morirse con sus amos. 
Siempre fiel en su servicio. 
de  hasta la muerte cuidarlos. 

En el barranco que da al río. 
Con una Esmith en la mano. 
hay un cuerpo metido,
entre las rocas de marmol
con el cuello hecho pedazos.


En los cuentos de las rondas
de la vieja Guastatoya,
narraban que entre las sombras
baja un perro de La Loma, 
 buscando viejos  sin juicio, 
usurpadores de  amores
y los lleva al precipicio. 
Por el Barrio del olvido, 
en la calle de las Flores. 
Para dejarlos perdidos
entre las aguas del río. 
Si la noche es oscura, 
escucharás un "Autillo"
que entre las sombras ulula
Y temblarás al  aullido
Del. Perro negro en la loma
De la vieja Guastatoya. 

DcMora (Desde el encierro) Junio de 2020.
















































de su raza 









Comentarios

Entradas populares de este blog

La niña de siempre

SEXTING

Poeta virtual