Poesía de Daniel Cardona de Guastatoya, Guatemala.
Los Jocotíos F
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F
lorecen los jocotíos,
por las riberas del Río.
Los mismos que un General
(Cuando era el mandamás)
venía de la Ciudad.
Tan solo para admirar
su belleza sin igual.
Yo pensé encontrarla, sin que me esperara, buscando quimeras en la noche clara. Le pedí muy poco, poco o casi nada, que oyera mis versos en la madrugada. Yo pensé encontrarla ávida de sueños, donde no existieran torcidos empeños. Con la cara al sol sin son de guitarras, oyendo que piden agua las chicharras. Volver a tener sus ojos de niña que siempre admiraron con Dios la campiña . Donde oyó las chorchas entre los palmares, cortando mil flores, oliendo azahares. En sueños pequeños siempre la busqué Y tuve la dicha de que la encontré. Y despues se fue.
ʊ nidos por un verso, y nada más ¡Nada! Es suficiente eso. Sin la llamarada de ardientes deseos. Soy ave que vuela, todas las mañanas con sus fuertes alas. Perchando a su lado si, puedo tocarla, pero con el trino regalo del alba. ¡Sólo son palabras! compuestas en verso. No hay otro camino, todo esto es un sueño. Sin tocarnos ¡Nada! No hace falta hacerlo, basta estar unidos con el pensamiento. ¿Será que estoy loco? Me lo he preguntado. De repente un poco sin estar atado. El amor de sueños debe ser secreto lejos de las lenguas que yo nunca quiero. esas viperinas que siempre dan miedo No escribo los versos tan solo los pienso, Y luego en el día vengo y los recuerdo. Si que el tal Alzheimer, me permite hacerlo. Para mi princesa que a veces yo siento, que está muy cercana. En el universo todo es relativo, hasta el verso mío Así escribo mis versos si es virgen el alba, cuando no hay bullicios que impidan pensarla. DcMora. DcMora. DcMora.
Por aqui envejeciendo en la espera, de que un día me concedas el permiso con caducidad para que mis manos rústicas y toscas se estilicen al palpar la lozanía Inmaculada de tucuerpo, en tropel lujurioso ¡Pero bello! Ojalá, se apruebe el trámite antes de que el tiempo impacable quite de mi ese candente deseo de escalar las cimas del pecado do .
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