Al terminar la jornada
Yo regreso a mi  morada,
Con un costal de pesares
Y un talego de esperanzas.
¡Una carga de avatares
 Con aguas bravas y mansas!

Entre las tupidas matas,
a unos pasos de la  entrada
Locuelos siempre me esperan
los “Chontes”de la quebrada.
Me gustan cuando remedan
Al gato de la vecina,  
de la casa de la esquina
que tiene grande el portón.
Ése Mish con su “minina”
no  ocultan su admiración 
por el pájaro que trina
 con un “miau” de imitación.

Yo me  visto de cantor
O quizá de remedero
De un verso reguetonero
para el “gato volador”

Con el vaivén de la hamaca 
Se me cura la resaca.
Ahora estoy como nuevo
Y emocionado me llevo
El trino motivador
De ese gato volador.







Y é



  





Dc Mora




  

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